Medios de difusión entre los que cabe mencionar a La Patilla, El Propio, Notitarde, Noticiero Digital, Primicia, entre otros, se hicieron eco de una campaña de tergiversación de la información que vincula un antiguo microemprendimiento adelantado por un grupo de mujeres desde los andes venezolanos, con una supuesta imposición gubernamental para sustituir el uso de toallas sanitarias desechables. Los titulares fueron “El gobierno lanzó las nuevas toallas sanitarias reusables”, “Socialistas revolucionan las toallas sanitarias y las convierten en ecológicas”, “¡Insólito! Estas son las toallas sanitarias socialistas”. Las escuetas notas se limitan a difundir el video grabado en el marco del programa Consumo Cuidado de Vive Tv y alientan a un público prejuicioso y polarizado a hacer comentarios agresivos y a replicar aquello como un intento gubernamental más por “cubanizar” la realidad venezolana. Por supuesto, no faltaron personajes como Rafael Osío Cabrices e Ibeyise Pacheco, quienes difundieron la mofa desde sus cuentas en redes sociales, develando y promoviendo un tratamiento no sólo politiquero de un tema tan sensible e interesante, sino además caracterizado por esa aversión hacia el cuerpo femenino y sus procesos psico-biológicos tan vinculado a la misoginia. Ninguno de estos personajes realizó alguna indagación formal sobre el tema antes de dar crédito a la “noticia”, atentando contra cualquier ética periodística. En este sentido, ante la invitación de varias mujeres a profundizar en el tema, @osiocabrices expresó “¿Cómo me debo educar, según usted? ¿Vuelvo a la primaria, o me cambio de sexo para "menstruar en tela"?”. Por su parte, los “médicos” que hacen vida desde @IMPROSEXUAL pretendieron dar un tratamiento igualmente ligero al asunto, expresando que “El Derecho a disfrutar de los beneficios de los avances científicos es un Derecho Humano”, a la vez que intentaron posicionar etiquetas como #NoAlRetroceso #NoALaInvolución.
Por su parte, Naky Soto, en una nota publicada en Prodavinci y titulada “Las toallas sanitarias y el capitalismo salvaje”, difundió un micro-reportaje en el que mujeres cubanas refieren sus dificultades para acceder a las toallas sanitarias desechables. En este micro se evidencia, además, que el uso de toallas de tela no es una constante en Cuba y que de hecho no se han dedicado a promocionar su uso ni discutido la opción como de empleo permanente. Al mismo tiempo, Soto expresó: “Es curioso que se promocione ahora [la toalla de tela], cuando la inflación, la escasez, la reducción de marcas por falta de materiales para su producción o la reducción de importación, han marcado tan severamente la oferta de toallas sanitarias disponibles en nuestros mercados. La ecología se convierte en el argumento para maquillar las fallas en economía.” Naky se equivoca en su enfoque. Quienes recurrimos a las toallas de tela, las confeccionamos y promocionamos, no lo hacemos con intención de disfrazar las posibles disfunciones del sistema (no tenemos ese poder ni el interés siquiera). Lo hacemos porque comprendimos el grave impacto ambiental que generan las opciones predominantes en el mercado y porque además perdimos el miedo y nos animamos a salir de la dependencia, nos enamoramos de los resultados y estamos dispuestas a defender esa autonomía alcanzada, nuestro derecho a vivir nuestra menstruación como nos venga en gana y a ayudar a otras mujeres a reconciliarse con sus ciclos, fluidos, cuerpos, sexualidad. La politiquería nunca nos ha brindado un enfoque lo suficientemente amplio como para comprender las tantísimas motivaciones de nuestro hacer en sociedad. Creemos que esta propuesta de uso de alternativas ecológicas para la menstruación merece un tratamiento serio alejado de cualquier manipulación con fines electorales y la seriedad de ese tratamiento dependerá siempre de una sustentación de los argumentos a favor o en contra de la propuesta, jamás de mitos, supuestos, falacias, apego a costumbres y/o hábitos.
Algún asomo de curiosidad dejó entrever la periodista Milagros Socorro, quien desde Código Venezuela dio difusión a su nota titulada “Polarización y toalla sanitaria”. En la nota, la periodista -quien se adscribe a la tendencia partidista de la MUD- reconoce que las toallas de tela no son un invento “socialista”, que éstas se distribuyen en varios países latinoamericanos (quizá desconozca que la propuesta está en todo el mundo y que se comercializa con mayor solidez en Norteamérica y Europa) y que el tratamiento dado al tema en los medios de difusión y redes sociales puede tener mucho de misógino. Alega la periodista que “es posible encontrarle ventajas a la toalla sanitaria de tela”. No profundiza, sin embargo, en esas ventajas simplemente porque no las conoce (ella evidentemente nunca las ha usado). No obstante afirma que una toalla de tela contamina tanto como una desechable porque para su lavado requiere de agua y jabón. Este razonamiento ingenuo ha sido debatido ampliamente en foros promovidos por mujeres que avalan el uso de las toallas de tela. Hacer una toalla desechable requiere de una utilización de agua muy superior a la que requerirá el lavado de una toalla de tela. Y evidentemente, la toalla desechable será empleada sólo una vez y luego irá a ríos, mares, vertederos, a seguir contaminando espacios. Las toallitas de tela son las que garantizan el menor impacto ambiental.
Socorro también asume el riesgo de tocar muy superficialmente el difícil tema del “tiempo libre” para sostener el argumento de que por cuestiones de tiempo, las toallas de tela no son una opción viable. Quienes conocemos la dinámica de utilización y reutilización de toallas de tela sabemos que la demanda de tiempo que nos hace el lavado de nuestras prendas absorbentes no es superior al que nos demanda el lavado de nuestra ropa íntima. El día que empecemos a usar ropa interior desechable “por falta de tiempo”, allí podremos sentenciar que el sistema opresivo capitalista definitivamente nos ha aplastado.
Socorro expresa: “El punto es que la polarización, la misoginia, la pereza y los prejuicios no nos impidan analizar las cosas y sacar de ellas lo que pueden tener de bueno.” En ello coincidimos totalmente con la periodista y nuestro llamado es a acercarnos a estos temas y discutirlos siempre desde el respeto a las distintas perspectivas que nos representan y a la condición femenina que nos configura.
A estas alturas del embrollo mediático, necesario es reconocer que la escuela moderna incorpora el estudio de nuestro cuerpo y sus procesos desde una perspectiva netamente biologicista que no aborda los aspectos psicológicos vinculados y muchas veces limita la comprensión cabal de las relaciones que guardamos con estos procesos desde la cotidianidad. El hogar promedio actual, por su parte, aporta una comprensión casi siempre prejuiciosa y plagada de tabúes en las que el silencio y/o la desacralización constituyen el pivote de las relaciones intrafamiliares. De allí que nuestra formación en materia de salud reproductiva y sexualidad en general sea prácticamente nula.
En este sentido, la comprensión de la menstruación que nos aporta la escuela, tiende a ser limitada al desprendimiento de un óvulo no fertilizado que se evidencia en el sangrado. Y en el hogar, el primer sangrado menstrual es una advertencia de fertilidad, un yugo moral que obliga nuevas formas de comportamiento y/o una experiencia que rompe en gran sentido las relaciones de la niña con su entorno y demás miembros familiares.
Ha sido, sin duda, la configuración patriarcal de nuestras sociedades la responsable de que esto ocurra del modo en que viene ocurriendo. El marco social que habitamos hace dolorosa y traumática la experiencia de la menstruación y lo hace así no sólo como mecanismo de control para con las mujeres sino porque además de este modo puede también vender la vergüenza que promociona su estereotipada publicidad del usar y tirar.
Las mujeres menstruantes llegamos a pagar por compresas blanqueadas y perfumadas, contenedoras de celulosa, geles y aditivos químicos que prometen hacernos sentir verdaderamente cómodas con nuestra “inestable feminidad”, “limpias”, “blancas”, libres de nuestro “hedor”, y que además generan un impacto ambiental terrible y no pocas alteraciones a la salud de quien las usa (irritaciones, hongos, por decir las más comunes). Se nos ha negado así la posibilidad de comprender del todo que nuestra sangre no es sucia ni fuente de contaminación alguna. Se nos ha enseñado a sentir asco ante nuestros propios fluidos. Y así, nuestro nivel de dependencia de estos productos desechables ha llegado a ser tan grosero que en muchas ocasiones ellos son considerados parte de una “cesta básica”, es decir, “indispensables en el hogar”, elementos permanentes del presupuesto familiar mensual.
A finales de 2010, la mayor parte de los empresarios venezolanos comenzó a jugar con nuestra terrible dependencia de toallas sanitarias y pañales desechables. Una supuesta escasez escondió intenciones de acaparamiento y especulación que pusieron contra la espada y la pared a casi toda la población. Extrañamente (hablar de la menstruación sigue siendo un tabú), las voces que se alzaron en la denuncia fueron casi siempre masculinas: padres, compañeros, esposos que eran “enviados hacia la búsqueda desesperada” de los productos faltantes y se encontraron impotentes ante la ausencia o el altísimo costo de lo hallado tras mucho andar. Exigieron entonces “opciones alternativas” para liberarse de aquella manipulación. (Esa participación masculina pudiera considerarse sintomática de un proceso de transformación de nuestras relaciones sociales. Deben quedar atrás los tiempos oscuros en los que había temas que sólo podían ser abordados por públicos determinados. En la medida en que nuestros compañeros hagan parte de discusiones en temas de sexualidad femenina, crianza, etc., estaremos dando un paso al frente hacia la construcción de las necesarias nuevas masculinidades.) Estoy segura de que más de una mujer pensó entonces en su abuela, en los trapitos que usó la abuela, pero entonces sintió miedo. Sí, nos han enseñado a desconfiar del conocimiento ancestral, heredado, extra-académico, en nombre de un mentado “progreso” que apenas llega a ser grillete y cadena disfrazados de “comodidad”. En este sentido es necesario expresar que quienes vinculan el uso de alternativas ecológicas con “atraso” e “involución” manejan una concepción bastante confusa del bienestar y la vida digna en general. Desconocen que la experiencia, el abandonar las opciones desechables para volver a la tela, garantiza una transformación íntima en la mujer que no tiene marcha atrás. La naturaleza de esta transformación es sumamente difícil de explicar, quizá imposible. Hay que vivirlo: se trata de reconocimiento y aceptación. Se trata de autonomía y dignidad. Se trata de vencer el miedo, romper la dependencia, recuperar el vínculo sagrado con nuestro cuerpo, nuestra sangre y muy especialmente con nuestro útero -segundo corazón, adormecido y rígido por tantos años de cultura patriarcal-. El llamado es entonces a indagar, hurgar entre los testimonios de mujeres que se han atrevido al cambio. Son ellas las únicas que podrían ofrecer una voz transparente de cara a un asunto tan delicado como el que hoy nos ocupa.
Actualmente, la propuesta del uso de alternativas ecológicas para la menstruación pugna por hacerse escuchar en nuestro país. Es meritorio el trabajo de varias mujeres que se han dado a la tarea de distribuir la maravillosa copa menstrual, un dispositivo de colocación intravaginal elaborado con silicona médica cuya función es recolectar el flujo de sangre. Quienes usamos la copa y aprendimos con ella a conocer nuestro cuerpo y ciclo, no dudamos un instante en recomendar su uso y apoyar cualquier campaña que promueva su distribución masiva.
También han empezado a ejecutarse los talleres de elaboración de toallitas femeninas de tela, un espacio en el que se conversan temas vinculados a la menstruación y al uso de alternativas ecológicas y en el que cada participante tiene la posibilidad de confeccionar su propia compresa absorbente para usar durante los días de sangrado.
La distribución de toallitas femeninas de tela en nuestro país nunca ha sido a través de alguna iniciativa gubernamental. Ella hoy se da a través de las iniciativas de mujeres creadoras, autónomas y autogestionadas, cuyo trabajo se enmarca en el pequeño comercio artesanal de nuestra ciudad capital. Acudir a ellas es, en gran sentido, dar un paso al frente por la construcción de una nueva conciencia del hacernos. Ningún afán politiquero y/o misógino podrá impedir que las voces de las mujeres que somos, se haga escuchar en la Venezuela de hoy.
¡Me parecen más que excelentes todas tus palabras!
ResponderEliminar¿De qué parte de Venezuela eres?
Yo de Maracay y estoy loca por usar la copa menstrual o las toallas de tela, ¿podrías ayudarme?
Amiga, consulta con Darlin Pinto por las copas. La encontrarás en FB como "Naturcup en Venezuela". ¡Saludos desde Caracas!
EliminarY la página de Facebook de las toallas es Luneritas Ecológicas c:
EliminarGracias por dedicarte a escribir esta nota tan necesaria, muchas bendiciones para ti, guerrera.
ResponderEliminarGracias a ti por dedicarte a leer. El afecto solidario en ti.
EliminarOtra vil distraccion mas del ilustre Gobierno Bolivariano. "El mojon" de la "conciencia ambientalista" y el papel de la mujer en dicha causa.
ResponderEliminarDejen de hablar paja. La tecnologia de control y retencion de fluidos vaginales con el uso de dispositivos desechables un vez que por fin llego a la poblacion, llego para quedarse. La tela no es para eso. Disculpe.
No se trata de la educacion en las hembras humanas a proposito de sus necesidades biologicas.
Se trata de que en un mundo donde se habia estandarizado mundialmente el uso de toallas desechables, la economia de un pais, Venezuela, esta tan destruida por sus malas gestiones de gobierno de los ultimos 14 años, que sus gobernantes no hayan ya que hacer para calmar el malestar que ellos mismos desencadenaron lentamente.
Ahora es inevitable. Y para distraer al pueblo se inventan estupideces como esta.
El medio ambiente?. Por favor, esta campaña es mas politica que el coño. Alla aquel que se deje pendejear de estos mediocres.
La mujer necesita sus productos intimos de siempre para satisfacer sus necesidades de higiene. Punto.
Las toallas desechables están llenas de químicos, pueden causar choque tóxico y son irritantes. Para muchas mujeres la búsqueda de alternativas es precisamente para tener productos íntimos que verdaderamente satisfagan nuestra higiene.
EliminarEstas iniciativas no son recientes y no están ocurriendo solo en Venezuela.
Yo mil veces prefiero una toalla de tela que una desechable. En México las hemos promovido y la aceptación de las mujeres es sorprendente. La estandarización mundial o hegemónica es una pretensión que no se acerca nada a la realidad tan diversa culturalmente
EliminarA mi me encantan la toalla sanitaria de tela y la copa menstrual. No tengo la necesidad de contaminar con algo que no es sucio, con algo que más bien puedo usar para fertilizar el planeta!
EliminarAntihigiénico son 15.000 desechables apestosas que tardan más que 100 años en degradarse. Y eso por una sola mujer!
Prefiero estar más saludable, más cómoda, ahorrar dinero, conservara el planeta para un posible futuro para mis hijas y vivir mi feminidad!
Esta si es una publicación periodística digna de ser leída. Gracias, Arpia. Un abrazo.
ResponderEliminarNo soy periodista, porsia. Gracias a ti. ;)
EliminarExcelente. Abrazos desde Chile!
ResponderEliminarQUE ARTÍCULO TAN INTERESANTE Y DE TANTA PROFUNDIDAD.
ResponderEliminarY SI, ES IDEOLOGÍA, PORQUE NOS RECUERDA LA DEPENDENCIA COMERCIAL A LAS QUE NOS HA CONDICIONADO
EL CAPITALISMO.- ESTE HECHO ES UN MENSAJE DE INDEPENDENCIA. ESTE Y CUALQUIER OTRA HABILIDAD ARTESANAL QUE NOS CAPACITE PARA LA GUERRA ECONÓMICA SON BIENVENIDOS.
FELICITACIONES A LA PENSADORA QUE ESCRIBIÓ TAN INTEGRAL EXPOSICIÓN ARGUMENTAL.
Claro, Mila. Reconocemos lo que de ideológica tiene esta propuesta. La reconocemos revolucionaria en el marco de un contexto de consumo como el nuestro. Lo que intentamos es salvarla de interpretaciones politiqueras. Eso sí le haría mucho daño al trabajo que no pocas mujeres venimos haciendo silenciosa pero férreamente desde distintos países de América.
EliminarUn abrazo inmenso, gracias por tus palabras.
Excelente escrito que enseña mucho sobre el tema. Tema profundamente maltratado por sabi@s opinador@s que cegados por su ignorancia únicamente atinan a llamar ignorantes a l@s demás, amén de reiterar su obsesión con el "imperialismo cubano".
ResponderEliminarComo ejemplo de lo mundial de la búsqueda de alternativas se puede colocar en un buscador "toallas femeninas reutilizables" obtendrá, sólo en imágenes:
https://www.google.co.ve/search?q=toallas+femeninas+reutilizables&hl=es-419&client=firefox-a&hs=n9v&sa=X&rls=org.mozilla%3Aes-AR%3Aofficial&tbm=isch&tbo=u&source=univ&ei=li1kUbvAD8fK0gGWzIHYBQ&ved=0CDYQsAQ&biw=1280&bih=792#imgrc=_
Gracias, amigx. Sí, el llamado debe ser siempre a la investigación. Sólo una revisión superficial del tema le hubiese aportado a tantos "opinólogos", información de cuidado. Pero claramente sus intenciones nunca fueron otras que manipular a la opinión pública.
EliminarMejor que una toalla reusable es una copa, puede durar más y realmente proporciona más libertad... Sería bueno realizar mayor propaganda (divulgación, promoción como le quieran llamar) a la copa menstrual. Nada es retroceso o involución, pero sencillamente yo no uso toallas porque para mi son incomodas preferí los tampones desde que comence a menstruar (a pesar de que en Venezuela existe un estigma tonto y misógino contra quienes lo usan), y ahora desde hace unos años que descubrí la copa no la cambio... no es misogino tomar el control sobre tu cuerpo.
ResponderEliminarLas copas no circulan con mucha facilidad en nuestro país. A través de Darlin Pino puedes acceder a la marca Naturcup. Nosotras la recomendamos desde @cayenasenflor y @luneritas
EliminarProgreso no es sinónimo de comodidad por cierto.
ResponderEliminarMe gustaría saber qué método usaban la abuela y mamá de Milagros Socorro, cuando menstruaban
ResponderEliminarsi la idea es ser ecologicos, se deberia presionar a los gobiernos a utilizar los pañales y tollas como rellenos para las nuevas construcciones pues los hace antisismicos, pero por dios una mujer que sale a trabajar 10 horas en el dia no puede cargar la cartera llena de toallas sucias, un poco de conciencia tampoco viene a mal por parte de las personas que las proponen, AHORA lo que ustedes llamaban consumismo salvaje de estos productos NO ES LA REALIDAD pues la mujer no trabajaba y la que lo hacia lo hacia desde su casa por lo que no importaba dejar remojando y lavar, la toalla es un invento si es verdad que quieren ponerle olores y cosas que no son naturales pero realmente estan creadas para liberar a la mujer del yugo del lavado,NO AL RETROCESO
ResponderEliminarla mejor respuesta!!!
EliminarExcelentisima respuesta! Es cierto que las toallas sanitarias desechables de ahora son elaboradas con la llamada "malla sec" o les colocan aromas, etc; siendo para nada saludables. Pero hay alternativas MUCHO MEJORES que la toalla de tela a la que hay que lavar y que significa que la mujer tiene que pasar todo el dia lavando quien sabe cuantas... POR FAVOR, ESO ES RETROCESO. Yo vivo en un pais y aqui puedes comprar Toallas sanitarias DESECHABLES elaboradas a base de algodon (incluso algodon organico), 100% saludables y que no ponen el peligro el medio ambiente. Con todo respecto, les pido olvidarse de esa toalla sanitaria de tela cuyo uso atenta contra la emancipacion de la mujer y su oportunidad de llevar una vida comoda y adecuada a los nuevos tiempos e inviertan su tiempo en INVESTIGAR un poco mas acerca de las TOALLAS DESECHABLES ELABORADAS CON ALGODON. Y NO ESTOY APOYANDO EL CAPITALISMO es cuestion de DERECHOS e IGUALDAD
EliminarLa idea de los pañales y toallas como relleno sanitario puede ser otra opción pero no desaparece el problema de la contaminación. Las toallas de tela son otra opción que ayuda a reducir la generación de desechos. No veo porque estigmatisarlas. Desafortunadamente tendemos a critiacr duramente lo que es diferente a lo que estamos acostumbrados. Dede mi perpectiva sólo puedo comentar que las toallas de tela son relamente cómodas, aun si eres una mujer que trabaja o estudia y está fuera de casa todo el día, como es mi caso, pues en realidad una no usa 20 toallas de tela en un día, usas 2, tal vez 3 (pues cabe mencionar son más absorbentes) y si te cambias fuera de casa, si las tienes que guardar, en una bolsita de plástico o algunas más monas diseñada en ese sentido, pero ni huelen mal, ni nadie se da cuenta. Ahora si el problema de cargar la toalla de tela es muy grave para alguna, está la opción de la copa menstrual, que dura más q una compresa en general por lo q quizá ni tengas que cambiarla fuera de casa (como es también mi caso) o si lo haces no tengas que cargar nada con sangre, solo la vacías y la vuelves a usar, además no la lavas y si quieres verlo así, te ahorras ese paso. Si tienes oportunidad de comprar toallas desechables de algodón, esta muy bien también, solo te recomendaría asegurarte que su desecho no es como la basura común o en un relleno sanitario (ni en una bolsa plástica) pues así no se degradará correctamente, tardarán casi lo mismo que otro desechos plásticos y esto pasa tambipen con los pañales biodegradables (que los hay, pero nunca nos indican que su desecho debe ser diferente para que relamente lo sean). Incluso sería mejor si las compostaras. Tienes razón en que tienes derecho a elegir, pero eso también lo tenemos quienes elegimos toallas de tela o copas menstruales y tan iguales como otras mujeres somos, tan vidas normales como cualquier otra llevamos, tan modernas y libres como cualquiera, sólo que con toallas de tela o copas menstruales. En lugar de atacar ábrete a la idea de que hay más opciones.
EliminarBueno. Yo viajé por Holanda, Francia, Bélgica, Alemania, Austria... usando toallas sanitarias de tela. Las guardé en una bolsa con tela impermeable hasta que llegué al campamento y pude lavarla. Con eso no hay ningún problema ya que estas toallas de tela no huelen mal. La copa menstrual trae aún más beneficios, se puede usar durante de 12 horas sin vaciarla! Para mi los productos desechables son un gran negocio, son más de 1,000 dólares por mujer que gastamos en eso. Tener más enfermedades, más basura nunca puede ser un progreso. Puede ser buen negocio para la industria.
EliminarPero gracias a muchas mujeres activas cada día más personas se dan cuenta de lo malo que realmente son estas toallas y gracias a la publicidad a la que llegó el tema en estos días en Venezuela más mujeres aún se van a dar cuenta que existen buenas alternativas a los productos desechables!
ayer la señorita carla angola logro lo que ya pensaba no ocurriria IMPRESIONARME¿ me impresiona el comentario por mujer no por opositora pues he escuchado tanta barbaridad que uno cono que termina acostumbrandose¿ dijo antes de lanzarse el comentario por demas despectivo que el uso de estas toallitas OBLIGATORIO ademas ya era el colmo del socialimso.... a mi me parece el colmo del ecologismo y como eso de ecologismo en este planeta tan convulsionado tan maltratado tan poco amado francamente nada me parece el colmo cuando se trata de no malgastar, de no contaminar de reutilizar ...pero a ella su flujo mestrual parece le ocasiona un asco espantoso, vez algo mas que se utiliza como un arma politica la manera de llevar la mestaruacion que loco pero NO asi es nuestra oposición..... una oposicion que mediocremente entiende todo o al menos casi todo.
ResponderEliminarLas reacciones misóginas no faltaron en uno u otro extremo del panorama politiquero nacional. Ellas son la evidencia de que no hemos alcanzado un sistema educativo que garantice a las personas una comprensión cabal de su sexualidad. No tenemos una educación sexual adecuada. Ni siquiera las personas como la señorita Angola, que seguramente asistió a muchas instituciones educativas privadas. Nuestra tarea es fundamentalmente pedagógica. Saludos.
EliminarHola soy de Barquisimeto, estudio artes plàsticas y trabajo con la sengre menstrual como pigmeto. ME han vetado por hacerlo, igual la lucha sigue. Que hermoso trabajo, cómo podemos unirnos y mancomunar fuerzas?
ResponderEliminarHola Eva. Nos interesa conocer tu trabajo. Contáctanos a través de las páginas en FB "Flor de Cayena" y "Colectiva Menstruarte" (estas chicas de la colectiva seguro se interesarán muchísimo por el tema del arte menstrual). Abrazo.
EliminarEstoy encantada con tu articulo, soy promotora de estas alternativas ecologicas, económicas y saludables porque desde que me regalaron mi primera toallita empecé a vivir mi periodo de una mejor manera, definitivamente las toallas y la copa son más higienicas que cualquier opción del mercado ya que ha habido casos de tampones y toallas mohosas, en realidad nunca sabemos en que condiciones han sido transportadas, almacenadas y distribuidas las alternativas del mercado, sin hablar de todos los quimicos contaminantes que les ponen, mi copa y mis toallas yo misma las desinfecto con jabón, vinagre, agua caliente, sol, manzanilla, achiote... eso es lo que nos quieren obstaculizar que reencontremos la autonomia de nuestros cuerpos, saben por que? porqué la revolución viene por la mujer ;)!!!
ResponderEliminar¡La revolución es mujer! <3 Gracias, hermana.
EliminarMas alla de la ideologia o manipulacion de las noticias de parte y parte, se trata de una cuestion de practicidad. Entiendo la necesidad de evitar un impacto negativo en el ambiente usando por años miles de toallas desechables... pero sinceramente para una mujer que trabaja, una toalla de tela no es la opcion. En caso de flujos abundantes, si uno se encuentra en el metro, en la oficina, etc etc que haces? llevas contigo las toallas desechables y apenas tengas la oportunidad, botas la usada y la cambias, en vez de cargar el resto del dia una toalla llena de sangre para lavarla en la noche.. ay no por dios. no se trata de "reconciliarse con los propios liquidos femeninos", creanme, yo con eso no tengo ningun problema porque es la cosa mas natural del mundo, es solo que no me parece el maximo de la higiene. Y en cuanto a la conciencia ecologica de este gobierno, me permito expresar mis dudas... pero no quiero caer en el extremismo y pensar que es una "obligacion" usarlas porque no me parece que serà asi, cada quien puede hacer lo que desea, basta que no sea una imposicion. Pero en cuanto al uso de estos productos en Europa, me permito tambien poner en claro que no es cierto. al menos en los paises en los que he vivido, existen las llamadas toallas de algodon pero que no son otra cosa que las mismas desechables solo que elaboradas con materiales mas naturales, menos sinteticos. pero en ningun modo he visto en supermercados o perfumerias ese tipo de productos, absolutamente NO. en realidad se usan las toallas desechables y tambien los tampax...pero no las toallas de tela! casi me caigo de la risa cuando lo lei! por favor no distorsionen las cosas.
ResponderEliminarA nosotras también nos ha causado risa muchas expresiones que evidencian infinita ignorancia. Pero nuestra labor no es ridiculizar a nadie sino compartir la información para construir conocimiento. En España y el resto de europa, las toallas de tela circulan del mismo modo que en América Latina, a través de microemprendimientos y/o iniciativas de mujeres creadoras sensibilizadas con el tema de la menstruación consciente. Las toallas de tela Primal pueden comprarse a distancia en europa a través de la web Planetafinito.org. Te creo si me dices que nunca las has visto en supermercados y/o perfumerías. Evidentemente, no son una opción que forme parte del gran comercio. Se trata de opciones alternativas que encontrarás en espacios alternativos: almacenes naturistas, redes de comercio justo, mercados ecológicos, etc.
EliminarLa argumentación sobre la falta de practicidad es falaz y quienes usamos toallas de tela lo sabemos. No es para nada complicado hacerse cargo de las toallas de tela. Dedicamos a ellas el mismo tiempo que dedicamos a otras prendas de uso íntimo y en ningún caso es un problema portar nuestra toalla de tela usada dentro de un bolsito impermeable y a su vez en nuestra cartera. No hay excesivas humedades ni desagradables olores porque nuestra sangre ni es sucia ni es contaminante ni posee hedor. Tras ese esfuerzo "argumental" contra las toallas de tela muchas veces se oculta el miedo. Hay que perderlo para poder transformar algo y reencontrarnos. Salud.
No, no he dicho en ningun modo que nuestra sangre es contaminante. Pero si tiene un olor caracteristico, que no es desagradable en si pero se vuelve desagradable con el sudor y segun el tipo de piel que tengas, obviamente. Claro, las sensaciones son relativas. Y repito, tener un "bojitico" maleodorante en mi cartera, no,no y no aunque se trate de algo natural. Si es por eso, naturales son tambien los excrementos, y no los cargamos con nosotras !! No es miedo, las novedades no me asustan, es cuestion de gustos. Ah, y en cuanto a las redes de comercio justo o herboristerias, te señalo que el mayor limite que tienen (al menos las que yo conozco en varios paises de Europa) es que los precios no son "solidarios", de hecho quien quiere convertirse a un regimen alimentario mas saludable, o usar productos cosmeticos que no sean de la grande distribucion, al final termina por rendirse porque de norma son mucho mas costosos. Disculpa pero esa es mi experiencia...
EliminarHola, no crees que es dificil juzgar algo sin conocerlo? Por que no intentas usar una toalla de tela y asi confirmas TuS suposiciones? Hay mujeres que tienen ciclos irregulares y\o abundantes precisamente por los quimicos de las toallas desechables y tampones y cuando han cambiado a la opcion natural su ciclo se ha vuelto mas corto, menos abundante y menos doloroso, entre ellas me incluyo, y seguramnete por ello no es incomodo cargar con un par de toallitas que no tienen mas que sangre que huele a tierra y hierro. Has olido alguna vez tu sangre (pero no en la toalla que cambia el olor por su perfume)? El cambio vale la pena.
EliminarSaludos
...El tratamiento politico e ideologico detras de esta 'genial' iniciativa lo tengo bien claro. La justificacion ecologica tambien (es la unica que comparto). Lo que no me resulta tan claro es por que se afirma que detras del uso de las toallas desechables se encuentra una aversion misogina por el cuerpo femenino, cuando en cambio por las opiniones que se ven aqui y en general las de muchas mujeres, se puede afirmar que la misoginia aqui no cabe, al final nosotras somos las que decidimos sobre nuestros cuerpos y los productos que usamos. AL final, si ciertosho,bres (no todos) son misoginos y rechazan la vision de nuestros "liquidos" y olores, lo hacen. no es que va a distinguir entre toallita de tela o toalla comercial, no creen? Me parece que hay una especie de instrumentalizacion victimista, y mas nada.
ResponderEliminarEn ningún momento se ha dicho que "detras (sic) del uso de las toallas desechables se encuentra una aversion (sic) misogina (sic) por el cuerpo femenino". En todo caso, lo que se ha sugerido es que detrás de la promoción del uso de estos productos hay una industria que esgrime perspectivas misóginas a la hora de diseñar sus estrategias "de venta".
EliminarHola de nuevo Arpía! Me ha encantado tu artículo... es genial. Usamos algunas de tus frases para colocarlas en nuestra página:
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/red.lunaroja
Por otra parte, hace un tiempo escribí para el blog un artículo que titulé "Por un feminismo del Medioevo" ( http://remolinomenstrual.blogspot.com.ar/2013/11/por-un-feminismo-del-medioevo.html ) en el que me indigno no sólo por las críticas superfluas y los clichés hacia quienes usamos toallitas de tela, sino también al hecho de criar con pañales de tela y amamantar sin leche de fórmula. Muchos debates desde el feminismo giran en torno a "la libertad" que ganamos las mujeres, y que más bien creo ha sido una fachada para ocultar cómo la medicina machista y la industria farmacéutica se han apropiado de nuestras vidas (ni hablar de la perversión del mercado laboral)... A las mujeres se nos dice que "no seamos retrógradas" pero tampoco se discuten las cosas que realmente estamos proponiendo, como ser modificaciones en las jornadas laborales para las madres, el cuidado del medioambiente, etc.
¡Gracias por tu artículo! Esclarecedor.
Julia, de Luna Roja.
Gracias, Julia. Leeré con detenimiento el artículo. Un abrazo.
EliminarExcelente día. Bien...Estoy en el estado Nueva Esparta. Me orientas de algun curso de confecccion de toallas intimas.Agradezco tu información...
ResponderEliminarHermana, a estas alturas, estamos muy lejos de Venezuela. He perdido contacto con las mujeres que también ofrecían talleres de confección de toallas. Lo lamento.
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